ⳘⲀⲢⲔⲞⲚ 3
Una vez más Jesús fue a la sinagoga. Allí estaba un hombre que tenía una mano lisiada.
Algunos de los que estaban allí estaban observando si Jesús lo sanaría en sábado, pues estaban buscando un motivo para acusarlo de quebrantar la ley.
Jesús le dijo al hombre con la mano lisiada: “Ven y párate aquí frente a todos”.
4 ⲇ̅ ⲁⲩⲱ ⲡⲉϫⲁϥ ⲛⲁⲩ ϫⲉ ⲉⲝⲉⲥⲧⲓ ϩⲛ ⲛⲥⲁⲃⲃⲁⲧⲟⲛ ⲉⲣⲡⲉⲧⲛⲁⲛⲟⲩϥ ϫⲛⲣⲡⲉⲑⲟⲟⲩ ⲉⲧⲁⲛϩⲉⲟⲩⲯⲩⲭⲏ ϫⲛⲉⲙⲟⲟⲩⲧⲥ ⲛⲧⲟⲟⲩ ⲇⲉ ⲁⲩⲕⲁⲣⲱⲟⲩ
“¿Es lícito hacer el bien en sábado, o hacer el mal? ¿Debemos salvar vidas o matar?” les preguntó. Pero ellos no dijeron ni una palabra.
5 ⲉ̅ ⲁⲩⲱ ⲛⲧⲉⲣⲉϥϭⲱϣⲧ ⲉϩⲟⲩⲛ ⲉϩⲣⲁⲩ ϩⲛ ⲟⲩⲟⲣⲅⲏ ⲉϥⲙⲟⲕϩ ⲛϩⲏⲧ ⲉϫⲙⲡⲧⲱⲙ ⲛϩⲏⲧ ⲙⲡⲉⲩϩⲏⲧ ⲡⲉϫⲁϥ ⲙⲡⲣⲱⲙⲉ ϫⲉ ⲥⲟⲩⲧⲛⲧⲉⲕϭⲓϫ ⲉⲃⲟⲗ ⲁϥⲥⲟⲩⲧⲱⲛⲥ ⲁⲩⲱ ⲁⲥⲗⲟ ⲛϭⲓ ⲧⲉϥϭⲓϫ
Jesús los miró con enojo, muy molesto por la dureza de sus corazones. Entonces le dijo al hombre: “Extiende tu mano”. Y el hombre extendió su mano, y le fue sanada.
Los fariseos salieron, e inmediatamente comenzaron a conspirar con los aliados de Herodes sobre cómo podían matar a Jesús.
7 ⲍ̅ ⲁⲩⲱ ⲓⲏⲥ ⲁϥⲁⲛⲁⲭⲱⲣⲓ ⲙⲛ ⲛⲉϥⲙⲁⲑⲏⲧⲏⲥ ⲉⲃⲟⲗ ⲉⲧⲉⲑⲁⲗⲁⲥⲥⲁ ⲁⲩⲱ ⲟⲩⲛⲟϭ ⲙⲙⲏⲏϣⲉ ⲉⲃⲟⲗ ϩⲛ ⲧⲅⲁⲗⲓⲗⲁⲓⲁ ⲁⲩⲟⲩⲁϩⲟⲩ ⲛⲥⲱϥ ⲛⲙϯⲟⲩⲇⲁⲓⲁ
Mientras tanto, Jesús regresó al Mar, y una gran multitud lo seguía. Había gente de Galilea,
8 ⲏ̅ ⲛⲙⲑⲓⲉⲣⲟⲥⲟⲗⲩⲙⲁ ⲁⲩⲱ ⲕⲉⲛⲟϭ ⲙⲙⲏⲏϣⲉ ⲉⲃⲟⲗ ϩⲛ ϯⲇⲟⲩⲙⲁⲓⲁ ⲙⲛ ⲡⲉⲕⲣⲟ ⲙⲡⲓⲟⲣⲇⲁⲛⲏⲥ ⲛⲙⲡⲕⲱⲧⲉ ⲛⲧⲩⲣⲟⲥ ⲛⲙⲥⲓⲇⲱⲛ ⲉⲩⲥⲱⲧⲙ ⲉⲛⲉⲧϥⲉⲓⲣⲉ ⲙⲙⲟⲟⲩ ⲁⲩⲉⲓ ϣⲁⲣⲟϥ
de Judea, de Idumea, de Transjordania, y de las regiones de Tiro y Sidón. Muchas personas venían a verlo porque habían escuchado todo lo que él hacía.
Jesús les dijo a sus discípulos que tuvieran una embarcación pequeña en caso de que la multitud comenzara a aglomerarse sobre él,
porque había sanado a tantas personas que todos los enfermos seguían tratando de amontonarse y empujarse para poder tocarlo.
11 ⲓ̅ⲁ̅ ⲙⲛ ⲛⲉⲡⲛⲁ ⲛⲁⲕⲁⲑⲁⲣⲧⲟⲛ ⲉⲩϣⲁⲛⲛⲁⲩ ⲉⲣⲟϥ ϣⲁⲩⲡⲁϩⲧⲟⲩ ϩⲁⲣⲁⲧϥ ⲛⲥⲉϫⲓϣⲕⲁⲕ ⲉⲃⲟⲗ ⲉⲩϫⲱ ⲙⲙⲟⲥ ϫⲉ ⲛⲧⲟⲕ ⲡⲉ ⲡϣⲏⲣⲉ ⲙⲡⲛⲟⲩⲧⲉ
Cada vez que los espíritus malos lo veian, caían frente a él y comenzaban a gritar: “¡Tú eres el Hijo de Dios!”
Pero Jesús les ordenaba que no revelasen quién era él.
Entonces Jesús se fue al monte. Llamó a los que quería que lo acompañaran, y ellos fueron con él.
14 ⲓ̅ⲇ̅ ⲁϥⲛⲉϩⲙⲛⲧⲥⲛⲟⲟⲩⲥ ⲉⲃⲟⲗ ⲛϩⲏⲧⲟⲩ ⲛⲁⲓ ⲛⲧⲁϥϯ ⲡⲓⲛⲟⲩ ⲛⲉⲁⲡⲟⲥⲧⲟⲗⲟⲥ ϫⲉ ⲉⲩⲉϣⲱⲡⲉ ⲛⲙⲙⲁϥ ⲁⲩⲱ ⲛϥϫⲟⲟⲩⲥⲉ ⲉⲃⲟⲗ ⲉⲧⲁϣⲉⲟⲓϣ
Eligió a doce para que estuvieran con él, y los llamó apóstoles. Ellos estarían con él, y él los enviaría a anunciar la buena noticia,
dándoles autoridad para expulsar demonios.
Estos son los doce que él escogió: Simón (a quien llamó Pedro),
17 ⲓ̅ⲍ̅ ⲁⲩⲱ ⲓⲁⲕⲱⲃⲟⲥ ⲡϣⲏⲣⲉ ⲛⲍⲉⲃⲉⲇⲁⲓⲟⲥ ⲛⲙⲓⲱϩⲁⲛⲏⲥ ⲡⲥⲟⲛ ⲛⲓⲁⲕⲱⲃⲟⲥ ⲁϥϯϩⲉⲛⲣⲁⲛ ⲉⲣⲟⲟⲩ ϫⲉ ⲃⲟⲁⲛⲏⲣⲅⲉⲥ ⲉⲧⲉ ⲡⲁⲓ ⲡⲉ ⲛϣⲏⲣⲉ ⲙⲡⲉϩⲣⲟⲩⲃⲃⲁⲉⲓ
Santiago, hijo de Zebedeo y su hermano Juan (a quienes llamó Boanerges, que quiere decir “hijos del trueno”),
18 ⲓ̅ⲏ̅ ⲁⲩⲱ ⲁⲛⲇⲣⲉⲁⲥ ⲛⲙⲫⲓⲗⲓⲡⲡⲟⲥ ⲛⲙⲃⲁⲣⲑⲟⲗⲟⲙⲁⲓⲟⲥ ⲙⲛⲙⲁⲑⲁⲓⲟⲥ ⲛⲙⲑⲱⲙⲁⲥ ⲁⲩⲱ ⲓⲁⲕⲱⲃⲟⲥ ⲡϣⲏⲣⲉ ⲛⲁⲗⲫⲁⲓⲟⲥ ⲙⲛⲑⲁⲇⲇⲁⲓⲟⲥ ⲁⲩⲱ ⲥⲓⲙⲱⲛ ⲡⲕⲁⲛⲁⲛⲁⲓⲟⲥ
Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago hijo de Alfeo, Tadeo, Simón el revolucionario,
y Judas Iscariote (quien lo entregó).
Jesús se fue a casa, pero la gran multitud se volvió a reunir y él y sus discípulos ni siquiera tenían tiempo para comer.
Cuando la familia de Jesús escuchó acerca de esto, fueron a buscarlo para llevárselo, porque decían: “¡se ha vuelto loco!”
22 ⲕ̅ⲃ̅ ⲁⲩⲱ ⲛⲉⲅⲣⲁⲙⲙⲁⲧⲉⲩⲥ ⲛⲧⲁⲩⲉⲓ ⲉⲃⲟⲗ ϩⲛ ⲑⲓⲉⲣⲟⲥⲟⲗⲩⲙⲁ ⲛⲉⲩϫⲱ ⲙⲙⲟⲥ ϫⲉ ⲉⲣⲉⲃⲉⲉⲗⲍⲉⲃⲟⲩⲗ ⲛⲙⲙⲁϥ ⲁⲩⲱ ϩⲙ ⲡⲁⲣⲭⲱⲛ ⲛⲛⲇⲁⲓⲙⲱⲛⲓⲟⲛ ⲉϥⲛⲉϫⲇⲁⲓⲙⲱⲛⲓⲟⲛ ⲉⲃⲟⲗ
Pero los líderes religiosos de Jerusalén, decían: “¡Él está poseído por Belcebú! ¡Es en nombre del príncipe de los demonios que los expulsa!”
23 ⲕ̅ⲅ̅ ⲁϥⲙⲟⲩⲧⲉ ⲇⲉ ⲉⲣⲟⲟⲩ ⲁϥϣⲁϫⲉ ⲛⲙⲙⲁⲩ ϩⲛ ϩⲉⲛⲡⲁⲣⲁⲃⲟⲗⲏ ⲉϥϫⲱ ⲙⲙⲟⲥ ϫⲉ ⲛⲁϣ ⲛϩⲉ ⲡⲥⲁⲧⲁⲛⲁⲥ ϥⲛⲁⲛⲉϫⲡⲥⲁⲧⲁⲛⲁⲥ ⲉⲃⲟⲗ
Pero Jesús los llamó para que se acercaran a él. Y a través de ilustraciones les preguntó: “¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás?
Un reino que pelea contra sí mismo no puede mantenerse.
Una casa dividida está destinada a la destrucción.
Si Satanás está dividido y pelea contra sí mismo, no durará y pronto llegará a su fin.
27 ⲕ̅ⲍ̅ ⲁⲗⲗⲁ ⲙⲛⲗⲁⲁⲩ ⲛⲁϣⲃⲱⲕ ⲉϩⲟⲩⲛ ⲉⲡⲏⲉⲓ ⲙⲡϫⲱⲱⲣⲉ ⲛϥⲧⲱⲣⲡ ⲛⲛⲉϥϩⲛⲁⲟⲩ ⲉϥⲧⲙⲙⲟⲩⲣ ⲛϣⲟⲣⲡ ⲙⲡϫⲱⲱⲣ ⲁⲩⲱ ⲧⲟⲧⲉ ⲛϥⲧⲱⲣⲡ ⲙⲡⲉϥⲏⲉⲓ
Sin duda, si alguien entra a robar a la casa de un hombre fuerte y trata de llevarse sus pertenencias, no lo logrará a menos que ate al hombre fuerte primero”.
“Les digo la verdad: los pecados y las blasfemias pueden ser perdonados,
(Jesús dijo esto porque ellos decían: “Él tiene un espíritu maligno”).
Entonces la madre de Jesús y sus hermanos llegaron. Lo esperaron afuera y mandaron a alguien para que le pidiera que saliera.
32 ⲗ̅ⲃ̅ ⲁⲩⲱ ⲛⲉϥϩⲙⲟⲟⲥ ϩⲙ ⲡⲉϥⲕⲱⲧⲉ ⲛϭⲓ ⲟⲩⲙⲏⲏϣⲉ ⲡⲉϫⲁⲩ ⲇⲉ ⲛⲁⲩ ϫⲉ ⲉⲓⲥ ⲧⲉⲕⲙⲁⲁⲩ ⲙⲛ ⲛⲉⲕⲥⲛⲏⲩ ⲥⲉⲕⲱⲧⲉ ⲛⲥⲱⲕ ϩⲓⲃⲟⲗ
La multitud que estaba sentada afuera le dijo: “Tu madre y tus hermanos están allá afuera preguntando por ti”.
“¿Quién es mi madre? ¿Quiénes son mis hermanos?” respondió él.
Y mirando alrededor a todos los que estaban sentados, les dijo: “¡Aquí está mi madre! ¡Aquí están mis hermanos!
Todo aquél que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre”.
