< Salmos 90 >

1 Oh ʼAdonay, Tú fuiste nuestro Refugio en todas las generaciones. 2 Antes que nacieran las montañas, O formaras la tierra y el mundo, Desde la eternidad y hasta la eternidad, Tú eres ʼEL. 3 Devuelves el hombre al polvo, Y dices: Conviértanse, hijos de hombres. 4 Porque 1.000 años delante de tus ojos son como el día de ayer que pasó, O como una de las vigilias de la noche. 5 Los arrastras con torrentes de agua. Son como un sueño. Son como la hierba que crece en la mañana. 6 En la mañana reverdece y florece, Hacia la llegada de la noche se marchita y se seca. 7 Porque somos consumidos con tu ira, Y con tu furor somos turbados. 8 Colocaste nuestras iniquidades ante Ti, Nuestras cosas ocultas a la luz de tu rostro. 9 Porque todos nuestros días declinan a causa de tu ira. Terminamos nuestros años como un suspiro. 10 Los días de nuestra vida son 70 años, Y en los robustos, 80 años. Sin embargo, su fortaleza es molestia y trabajo, Porque pronto pasan y volamos. 11 ¿Quién entiende el poder de tu ira Y tu indignación como debes ser temido? 12 Enséñanos a contar nuestros días De tal modo que traigamos al corazón sabiduría. 13 Vuélvete, oh Yavé. ¿Hasta cuándo? Ten compasión de tus esclavos. 14 En la mañana sácianos de tu misericordia, Y cantaremos y nos alegraremos todos nuestros días. 15 Alégranos según los días que nos afligiste, Y los años en los cuales vimos el mal. 16 Que tu obra aparezca en tus esclavos, Y tu majestad en sus hijos. 17 Sea la gracia de ʼAdonay nuestro ʼElohim sobre nosotros, Y nos confirme la obra de nuestras manos. ¡Sí, confirma la obra de nuestras manos!

< Salmos 90 >